Ostara marca el punto de equilibrio perfecto entre el día y la noche, el momento en que la luz y la oscuridad se encuentran en armonía antes de que el Sol comience a dominar el cielo.
A nivel energético, este sabbat nos invita a renacer con la naturaleza, dejando atrás el letargo del invierno y alineándonos con la energía expansiva de la primavera. Es un portal de renovación, en el que sembramos intenciones, despertamos nuestra vitalidad y equilibramos nuestras energías internas.
Celebrarlo conscientemente nos permite sincronizarnos con los ciclos de la Tierra, activar nuestra creatividad y potenciar la manifestación de nuevos comienzos.
En este momento, toda la vida está brotando, y nosotras también podemos florecer con ella.
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